FE PARA COMPARTIR

La testificación personal es tan importante para el alma del creyente como lo es la respiración para su cuerpo físico. La testificación oxigena la fe del miembro de iglesia, vigoriza el cuerpo de Cristo y multiplica la comunidad de creyentes.

La testificación personal fue el método preferido de Jesús para dar a conocer su fe. Las Sagradas Escrituras registran ejemplos extraordinarios del testimonio del Maestro ante el auditorio de una sola persona, quien a su vez testificó a muchos receptores del evangelio. Un alma convertida tiene el potencial de conducir a miles de personas al mismo mensaje que transformó su vida.

Cristo es nuestro modelo de testificación, y cada creyente tiene el deber de educarse y cooperar con él para representarlo como su embajador en esta tierra.

Este libro tiene como propósito instruir a los pastores y laicos en el arte de predicar y dar estudios bíblicos, para que el evangelio sea presentado en forma poderosa y haya una cosecha de almas jamás imaginada en este tiempo del fin.