Esta pregunta es una gran oportunidad para chequear cuánto entienden y saben nuestros niños de sexualidad y para comenzar a normalizar el diálogo constructivo sobre sexualidad con nuestros niños. No es un cuento explícito, literal: es un cuento poético y metafórico, algo que permite introducir al niño en esta temática de forma respetuosa, sin necesidad de ir más allá de lo que pueda comprender.